Los creadores son los que miran al futuro con audacia y curiosidad. Ofrecen nuevas soluciones, oportunidades, experiencias. Hacen las primeras marcas donde aún no las hay. Son artistas, empresarios, científicos, inventores. Entre ellos están los que sólo tienen ideas y sueños y los que ponen en práctica sus ideas y cambian así el mundo. No todas las empresas tienen éxito, ni deberían tenerlo. No todas las ideas son buenas y ampliamente beneficiosas. A veces las cosas salen terriblemente mal, y se necesita mucha energía y atención para corregir los errores. Pero de un modo u otro, los creadores son quienes impulsan el desarrollo de la sociedad, la comunidad y la organización. No son muchos entre nosotros. Quizá una décima parte o un poco más. La mayoría de nosotros no somos creadores..
El segundo grupo, y el más numeroso, es el de los preservadores. Son personas que siguen a los creadores cuando éstos muestran un camino atractivo, pero también seguro. Los preservadores pueden no tener el deseo, y a veces tampoco la capacidad, de cambiar drásticamente las condiciones. Con un poco de resistencia y escepticismo, están dispuestos a seguir si el camino ofrecido es digno de confianza y los demás a su alrededor también se mueven. Entre los preservadores hay mejoradores y desarrolladores que perfeccionan y ponen en práctica las ideas de los creadores. También hay entre ellos conservadores puros, que guardan las cosas hasta que se desgastan y se rompen, a la espera de que otro las renueve y sustituya. Los conservadores son la mayoría, alrededor del 70% de una colección más amplia. Me considero parte de este grupo. No he creado nuevas empresas, arte o conocimientos. Pero a veces puedo mejorar y aplicar las ideas de otros.
El tercer grupo es el de los destructores. No lo digo en sentido despectivo. Se trata de personas insatisfechas con lo que otros han creado, pero que no pueden o no quieren ofrecer algo mejor por sí mismas. Aquí hay opositores activos que pueden movilizar muy hábilmente a otras personas, incluidos los preservadores, para que les sigan. También hay personas que sienten que el entorno y las circunstancias están en su contra y que no han recibido un trato justo.
Pero también personas para las que un gran número de esfuerzos no tienen éxito, que tienden a romper cosas, relaciones y empresas. Al igual que los creadores y los conservadores, los destructores también desempeñan su papel. Ponen a prueba la fuerza y la resistencia de lo que se ha creado. Ponen fin al ciclo vital de las cosas débiles y frágiles, creando así espacio para un nuevo desarrollo. En mi opinión, los destructores representan aproximadamente una quinta parte de un colectivo más amplio.
Creadores, conservadores y destructores. Dejemos ahora brevemente a un lado esta abstracción para volver a ella dentro de un rato.
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