En un mundo marcado tanto por los avances digitales como por una belleza natural prístina, Estonia emerge como una pequeña nación con logros notables. Al reunirnos entre las paredes de nuestro pabellón en la COP28, nuestro propósito es claro: iluminar el camino hacia una sociedad sostenible, fomentando el intercambio de ideas que nos impulsen hacia los ambiciosos objetivos establecidos por el Acuerdo de París y la CMNUCC.
Estonia es un firme defensor de la gestión medioambiental y la acción por el clima. Nuestra dedicación nos ha llevado a fijar objetivos audaces y a trazar el camino hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono. Gracias a los esfuerzos y la alineación de todos los sectores, nos mantenemos firmes en nuestro compromiso de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Esta transición no es sólo un imperativo medioambiental, sino una puerta abierta a las oportunidades económicas. El tapiz de nuestra economía está tejido con hilos de innovación verde, productos medioambientales, tecnología punta y servicios que se han transformado en una nueva economía, un potente motor de crecimiento. Estos elementos, sustentados en la sostenibilidad, confieren una ventaja competitiva tanto a las empresas como a los países.
En un mundo marcado tanto por los avances digitales como por una belleza natural prístina, Estonia emerge como una pequeña nación con logros notables. Al reunirnos entre las paredes de nuestro pabellón en la COP28, nuestro propósito es claro: iluminar el camino hacia una sociedad sostenible, fomentando el intercambio de ideas que nos impulsen hacia los ambiciosos objetivos establecidos por el Acuerdo de París y la CMNUCC.
Estonia es un firme defensor de la gestión medioambiental y la acción por el clima. Nuestra dedicación nos ha llevado a fijar objetivos audaces y a trazar el camino hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono. Gracias a los esfuerzos y la alineación de todos los sectores, nos mantenemos firmes en nuestro compromiso de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Esta transición no es sólo un imperativo medioambiental, sino una puerta abierta a las oportunidades económicas. El tapiz de nuestra economía está tejido con hilos de innovación verde, productos medioambientales, tecnología punta y servicios que se han transformado en una nueva economía, un potente motor de crecimiento. Estos elementos, sustentados en la sostenibilidad, confieren una ventaja competitiva tanto a las empresas como a los países.
En un mundo marcado tanto por los avances digitales como por una belleza natural prístina, Estonia emerge como una pequeña nación con logros notables. Al reunirnos entre las paredes de nuestro pabellón en la COP28, nuestro propósito es claro: iluminar el camino hacia una sociedad sostenible, fomentando el intercambio de ideas que nos impulsen hacia los ambiciosos objetivos establecidos por el Acuerdo de París y la CMNUCC.
Estonia es un firme defensor de la gestión medioambiental y la acción por el clima. Nuestra dedicación nos ha llevado a fijar objetivos audaces y a trazar el camino hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono. Gracias a los esfuerzos y la alineación de todos los sectores, nos mantenemos firmes en nuestro compromiso de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Esta transición no es sólo un imperativo medioambiental, sino una puerta abierta a las oportunidades económicas. El tapiz de nuestra economía está tejido con hilos de innovación verde, productos medioambientales, tecnología punta y servicios que se han transformado en una nueva economía, un potente motor de crecimiento. Estos elementos, sustentados en la sostenibilidad, confieren una ventaja competitiva tanto a las empresas como a los países.
Ver programa https://estonia.ee/estonia-at-cop28/#program
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